miércoles, 17 de octubre de 2012

Cortesía en la Mesa

Hola, qué tal estáis?, como ya comenté este blog no va a ser solo looks y moda, mi otra pasión es el protocolo y todo lo que ello conlleva, es un mundo apasionante, bueno que voy a decir que he estudiado Protocolo y Relaciones Institucionales, aquí os dejo lo que es la cortesía en la mesa, espero os guste y os sirva, ya me contáis a ver que os parece.


Cortesía en la Mesa
En la mesa tanto los anfitriones como los invitados han de observar una cortesía permanente. No sólo en saber hablar y dejar hablar, o atender indistintamente a quienes nos acompañan (no atender sólo al de la derecha y olvidar al de la izquierda), sino en el uso correcto de los cubiertos, gestos y normas de buena conducta.
Los brazos han de estar siempre a la vista. No es galante ponerlos bajo la mesa o sobre las piernas. Tampoco deben apoyarse los codos sobre la mesa, ni pasar el brazo por encima del plato del vecino.

No debe comerse la comida con las manos, salvo aquellos casos tradicionalmente autorizados (espárragos, aceitunas). En relación a este supuesto, un buen anfitrión debe evitar poner en situación delicada a invitados de los que inicialmente no saben comer determinados alimentos con los cubiertos correspondientes.

No obstante, ante situaciones como éstas, si el comensal no sabe manejar los cubiertos (para pelar una gamba) lo mejor es no intentarlo, pues evidenciaría más su desconocimiento. Si el anfitrión no las sirve peladas, lo recomendable es inventarse problemas estómago.

Se pregunta a los expertos si en ciertos ambientes el invitado podría comer con la mano el marisco, echando naturalidad, sencillez y espontaneidad. La respuesta, es que por mucha gracia que le eche, si el resto de los comensales no le sigue, quedará mal.

Hay pues que analizar muy bien la situación previamente. En cambio, si los “formales” invitados observan a alguien no muy respetuoso con la tradición del saber estar en la mesa, su buena educación debe ser la suficiente para no evidenciar más la situación y no dar importancia alguna al “desajuste”.

Afortunadamente, la salsa ya se puede comer en la actualidad. No es de mala educación servirse salsa de la salsera con la ayuda de una cuchara, ponérsela en el plato y con el pan pinchado en el tenedor mojar y degustar. Lo mismo para los socorridos huevos fritos.

Las costumbres en la mesa varían de país en país, incluso de región en región en España. Las costumbres en la mesa afortunadamente han evolucionado mucho en los últimos años y se ha perdido la drástica rigidez e intolerancia sobre el respeto a las normas clásicas.

Sin embargo, la elegancia y buen hacer con los cubiertos y posturas sigue siendo un factor que pesa y se valora. En fin, más que protocolo buena educación.

COMPORTAMIENTO EN LA MESA
En este tema se van a tratar todos los aspectos relacionados con el comportamiento en la mesa que antiguamente se incluían en los tratados de urbanidad cuyo fin era conseguir tener una buena educación. Aunque muchos de esos tratados han quedado totalmente obsoletos, sí es cierto que ciertas reglas de comportamiento en la mesa siguen todavía vigentes y afectan mucho a nuestra imagen personal. 

Hoy en día todo, o casi todo, depende de nuestra imagen. Tenemos que ser educados, respetuosos, corteses, amables, sociables, aseados, prudentes… para ofrecer una buena imagen, algo que nunca conseguiremos si nuestro comportamiento en la mesa deja mucho que desear.

Sentarse a la mesa
El primer paso es el acto de tomar asiento. Sigue estando vigente el hecho de que los hombres esperen a sentarse hasta que lo hagan las mujeres, pero cada vez es menos común ver que un hombre ayude a sentarse o le retire la silla al levantarse a la señora que está a su lado.

Una vez sentados, ni encorvados ni estirados, no se apoyan los codos sobre la mesa mientras se está comiendo, aunque sí se puede hacer entre plato y plato. Los brazos deben permanecer cerca del cuerpo mientras se come, sin elevar los codos hacia arriba, puesto que no es necesario para manipular los cubiertos y además molestaremos a nuestros vecinos de mesa.

Empezar a comer
No se empieza a comer hasta que todo el mundo está servido. Lo normal es que las personas que presiden la mesa sean las primeras en degustar el menú. Una regla general es que en las comidas ofrecidas en los domicilios particulares sea la anfitriona, que es la última de las damas en ser servida, la que empiece a comer. 

Si hay alguien en un restaurante que ha pedido un plato de una elaboración más larga y complicada, pedirá al resto de los comensales que empiecen para que no se les enfríe su comida. En banquetes numerosos, con varias mesas, lo normal es esperar a que estén servidos los de la mesa propia, no todo el comedor.

Conversación–ritmo de la comida
Se debe acompasar la conversación al ritmo de la comida. Aunque sea importante que haya una conversación amena entre todos los comensales en una comida eso no significa que un único comensal monopolice esa conversación y termine de comer mucho más tarde que el resto o que nos hayamos dedicado solamente a comer y terminemos cuando los demás aún están empezando. 

Lo normal es que todo el mundo participe de la conversación y que lleve un ritmo de comida común. Para ello se debe distribuir la conversación entre las personas que se tiene alrededor evitando discusiones, temas conflictivos o asuntos que algunos de los interlocutores no conocen. Una situación que siempre se debe evitar es hacer preguntas a alguien que tiene la boca llena.








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